Tres de la madrugada, según marca el reloj de noche, en alguna parte de Canadá, pensando en mi otro hogar, echando de menos esas mañanas de invierno en las cuales quedabas con los amigos para bajar juntos a clase, esos días frioleros en los que salías de casa poniéndote el abrigo y la bufanda porque el tiempo era demasiado frio, o algunas veces al llegar a la puerta principal del instituto veías que no había nadie fumando a causa del tiempo. Los pasillos en los que a gente estaba en el suelo sentada con las rodillas pegadas al pecho para mantener el poco calor que tenia, otros estudiantes estaban junto a los radiadores para entrar en calor antes de comenzar las clases. Las tardes que pasaba con mi mejor amiga en mi casa haciendo las tareas juntas tiradas en la cama o en el suelo con un montón de libros distribuidos por el suelo con alguna que otra broma y llamadas de teléfono.
¿Por qué me invadían todos esos recuerdos del pasado ahora que estaba consiguiendo adaptarme a Canadá? Tenía a Daniel a mi lado, a mis nuevas amigas…aquí tenia algo más que en mi otro hogar, pero nunca lograría ser tan feliz como lo era allí.
Pasaron las horas y yo seguía sin dejar de recordar cosas del pasado, cosas que tendrían que quedar atrás, cosas que eran de mi vida anterior, cosas que en la vida nueva que tenia no las necesitaría para nada, algo que tendría que estar encerrado en su cajón correspondiente con su llave echada y tirada por ahí.
Cada recuerdo nuevo del pasado que llegaba al presente era unas lágrimas mas que se desprendían de las comisuras de mis ojos. No aguantaba tantos momentos dolorosos me levante de la cama, abrí la ventana, hacia fresco, no me importaba necesitaba el viento frio de la noche en mi cara para saber que era la realidad. Al lado de a ventana tenia una estantería en la cual había un estéreo, dentro de ella esta introducido un CD que mis compañeros y amigas me grabaron, uno de mis favoritos, le cambie por el CD de doble cara que me había regalado él…mi favorito, pulse play, del estéreo comenzó a salir una melodía lenta, tranquila, se extendía por toda la habitación, una canción llena de sentimientos y de recuerdos, me acomode en el alfeizar de la ventana, allí estaba tapada con una manta escuchando música del pasado. Así iban pasando las horas y yo todavía me encontraba en la ventana mirando las estrellas mientras la habitación seguía llenándose de recuerdos, cada imagen una lágrima, la cosa iba aumentando hasta que no pude aguantar mas la angustia y la necesidad de explotar cuando estalle en llanto.
La música seguí fluyendo por la estancia, llego el momento de que me durmiera, eran las seis de la madrugada, había estado tres horas recordando cosas que me hacían daño… ¿Seria capaz de olvidar algún día toda esa vida pasada que tuve? Después de hacerme esta pregunta me quede dormida antes de ser capaz de contestarla.